Víctimas, victimarios,
una cruel realidad
los entremezcla.
La edad no es salvaguarda
cuando imperan miseria y abandono,
cuando la muerte -apenas-
es una sombra más entre las sombras,
cuando el paco se ufana
de su trágico avance sin barreras,
cuando todo da igual
por las viejas costumbres enquistadas,
cuando los nombres de licencia especial,
solamente se ven ante los medios,
que encuentran un dolor
y lo reflejan.